En los artículos anteriores hemos hablado de cómo los hábitos incorrectos en el uso de la máquina sobre orugas, la carga y presencia de materiales abrasivos externos puedan incidir en el desgaste del tren de rodaje. También la correcta elección de cadenas, zapatas y guías, según el tipo de aplicación, puede marcar la diferencia.
La guía ayuda a mantener las cadenas en los rodillos. Si una cadena no trabaja correctamente sobre los rodillos inferiores, es fácil que en las distintas condiciones de trabajo o en una pasada al operar se encuentre con objetos grandes en el suelo y se salga de los mismos. Esto se traduce en una carga elevada sobre los componentes de las cadenas con riesgos que van de juntas secas (en las cadenas lubricadas) hasta daños estructurales y roturas. Por consiguiente, es necesario seguir las indicaciones del fabricante para determinar qué guía es la mejor para nuestra aplicación. Además, hay que comprobar regularmente las condiciones de desgaste o los daños de las mismas reparándolas o sustituyéndolas si su estado de degradación es excesivo.
Los dozer de mediano tamaño ofrecen una amplia gama de perfiles de zapatas. Esta amplia posibilidad de elección permite encontrar la mejor solución para la mejor adaptación de la máquina a las condiciones del terreno. De hecho, no existe una zapata única idónea para todas las aplicaciones: la elección depende del espacio en que se trabaja, del clima y de las condiciones del suelo. Las zapatas para servicio moderado (MS), por ejemplo, se aconsejan para terrenos blandos y no abrasivos.
En condiciones abrasivas, las zapatas para servicio extremo (ES) son en general la elección más conveniente. La zapata ES es muy resistente gracias al espesor de la placa y a una costilla más alta y más ancha. Sin duda permite una mayor duración estructural y una mayor resistencia al desgaste, pero con algunas limitaciones:
El mayor peso de la máquina que, si no es necesario, no es favorable para la resistencia al desgaste de los componentes del tren de rodaje, ni para la flotación de la máquina sobre el terreno.
La mayor dificultad de penetración en el terreno. La costilla de la zapata, de hecho, funciona como una cuchilla: cuanto más fina es, más fácilmente penetra en el terreno.
Las zapatas ES influyen en la capacidad de nivelación del terreno, porque pueden generar vibraciones que se transfieren a la hoja.
Por tanto, deben usarse con moderación.
En las excavadoras y en las máquina de mediano tamaño, el estándar es la zapata de triple costilla. También para esas máquinas se pueden adoptar perfiles más pesados o más ligeros: la elección depende de la necesidad de resistencia a la flexión en función de las condiciones de impacto del terreno y de la longitud de las mismas.
Muchas zapatas tienen opciones como los drenajes para barro, de modo que el material pueda escurrirse fuera de la zona de las mallas. Este tipo de zapatas se aconsejan en presencia de barro pegajoso o arcilla. La ruedas motrices expulsan el barro de la zona de las mallas a través de dichos drenajes manteniendo de ese modo la correcta tensión de la oruga. En otras aplicaciones, sin embargo, una zapata con drenajes para barro puede resultar perjudicial: en condiciones de terreno blando, el material se expulsa a través del agujero de salida y entra directamente en la zona de las mallas, acelerando su desgaste.
Otra opción posible, usada principalmente en dozer para trabajos de nivelación y acabado, son las zapatas con los extremos biselados. Los biseles permiten a la máquina girar más fácilmente y reducen la carga de corte en los pernos de fijación de las zapatas y el riesgo de rotura de las mallas.
Las cadenas lubricadas son idóneas para máquinas en continuo movimiento (como los dozer o las palas cargadoras) porque el aceite crea una película constante entre perno y casquillo, eliminando el desgaste interno y prolongando de ese modo la duración. Este sistema es idóneo para casi todas las aplicaciones, excepto en caso de espacios con mucho calor, como el trabajo con escoria caliente, ya que las altas temperaturas a las que se exponen las cadenas dañan irreparablemente el sellado de las mismas.
Hay además aplicaciones específicas para cadenas secas. Estas son más resistentes a los esfuerzos de torsión, pero el desgaste interno de los pernos y de los casquillos puede llegar a ser la principal causa de operaciones de mantenimiento extraordinario.
Otro tipo de cadena, hoy estándar para casi todas las excavadoras es la de grasa. Similar a la cadena seca, está dotada de un sistema de sellado capaz de retener la grasa entre perno y casquillo. Esto permite una reducción del desgaste interno, alargando, de ese modo, la vida de la junta.
Es buena práctica efectuar cada mañana o a cada cambio de turno de los operadores, una inspección visual del tren de rodaje para detectar pernos que se hayan aflojado o perdido, pérdidas de aceite, desgastes anómalos, guías aflojadas o dobladas, detritos atascados, etc.
Son solo unos minutos que permiten identificar y corregir posibles problemas, mejorando así la duración del tren de rodaje y reduciendo notablemente el tener que recurrir a costosas operaciones de mantenimiento.
Por último, para una gestión y optimización del desgaste del tren de rodaje, es fundamental medir las partes sometidas a desgaste.
Para ello, ITR ha preparado Weartek+, una app para la toma de dichos datos, para hacer proyecciones sobre la vida útil restante, elegir la mejor estrategia para reducir el coste por hora del tren de rodaje y que permite, entre otras cosas, archivar los datos de inspección, monitorear el inventario de recambios para estar siempre preparados en caso de que sean necesarios, planificar intervenciones de mantenimiento, analizar las prestaciones de cada componente y mucho más.
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